Mucho se puede decir acerca de los tamales, que no son originarios de Honduras, que no se preparan de cierta forma, que no llevan tal cosa o que no se deben preparar en cierta fecha, pero lo cierto es que quien sea que haya tenido la oportunidad de comerse un tamal sabe que esta probando un platillo con mucho sabor, con mucha historia, hecho con todo el cariño de las manos hondureñas que ponen empeño en agregar el mejor sabor que puedas experimentar. También hay que destacar que cada país de la región tiene su propia versión de los tamales y cada una es deliciosa a su manera.
El tamal hondureño es un platillo muy único que aunque puedes disfrutar de él en cualquier temporada del año, este es siempre el gran protagonista de las fiestas navideñas de los catrachos, tanto así que incluso hay una frase conocida que dice “Si no hay tamal, no es navidad” y es que los hondureños son verdaderos amantes de este rico plato, el cual con el transcurrir del tiempo ha ido evolucionando, por lo que ahora es mucho más fácil poder prepararlo en casa en cualquier fecha del año.
Como ya es costumbre en la tradición hondureña, cada navidad la familia entera se reúne en un punto en común que casi siempre suele ser casa de los abuelos, y se sientan a compartir en familia o con amigos para disfrutar de este delicioso platillo catracho hecho a base de maíz y con una perfectamente espectacular combinación de sabores y texturas en su relleno que simplemente elevará los sentidos de tus papilas gustativas al máximo.
El tamal (o nacatamal) es un maravilloso platillo de esos cuya receta la heredamos de nuestra abuela y que ha pasado de generación en generación. Muchos lo disfrutan libremente pero muy pocos conocen realmente cual es su historia y como ha evolucionado dicho platillo en la cocina de Honduras. Vamos a comenzar destacando que la palabra Tamal proviene de la palabra nahuatl Tamalli que significa envuelto y es un platillo con un origen 100% indoamericano.
Este plato nació hace muchísimos años como un alimento básico de la cocina de casi todos los países latinoamericanos pero sobre todo de la gastronomía hondureña. Para su elaboración se lleva una hermosa tradición que reúne a casi todos los miembros de la familia, cada uno realizando una tarea específica sobre todo si se cocina en una hornilla o fogón. Mientras los hombres se encargan de conseguir la leña para la hornilla, otro esta consiguiendo las hojas de plátano para envolver los tamales.
Una vez la hornilla esta lista, el fuego está fuerte y la hojas listas, las mujeres de la familia toman el control y comienzan la elaboración de este delicioso manjar de los dioses empezando por la preparación de la masa, la cual se hace usando manteca de cerdo y demás ingredientes que le dan un sabor sumamente especial mientras que por aparte se prepara la carne de la elección que se agregara como relleno junto a los demás complementos.
Una vez están listos y son llevados a cocinar en la hornilla, ese sublime aroma a tamales en proceso de cocido emocionan el corazón de cualquiera dentro de la casa hondureña. Además es el sustento económico que mantiene a muchas familias hondureñas que se dedican a su venta y distribución.
¿Y a ti como te gustan los tamales? Déjanos saber tu opinión en la sección de comentarios. Te invitamos a leer nuestro artículo sobre La Baleada Hondureña.
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